Las sorpresas de la jubilación Un nuevo pasatiempo ocupa ahora las horas del jubileo. Un pasatiempo entrañable. Yo le llamo micurria
¡Warning! Lo que quiero hacer es una “advertencia” al lector porque lo que voy a narrar a continuación es exclusivamente para los locos
A nuestros chavales Mientras nuestros vecinos más cercanos las pasaban canutas para hacer un puchero de gallina, aquí la despensa militar daba caldo para el patio y la casapuerta
Al cobijo de la risa Yo puedo poner de mi parte para no desinflarme ante tanta desgracia dejando de leer periódicos
Por un planeta verde A lo mejor si nos hubieran avisado con esos cartelitos tan monos que tenéis por toda la tienda la cosa hubiera cambiado
Tranquilos que no pasa nada ¡Te estoy hablando de un desastre mundial en gestación de alto riesgo y a ti solo se te ocurre rascarte la cara!
El niño de setenta años Arbotantes, trepás, bocinas, cíngulos, potencias, caídas, baldaquines, candeleros, báculos, bambalinas, veneras, navetas, nimbos…
De vocación, comerciante Ahora no. Ahora entras en el 'Estradivarius', en el 'Sprinfi 'lo en el 'Pulanbir', y los dependientes se esconden
La Iglesia, de Alfa a Omega Sentado a la diestra del Padre, el pescador es testigo de la adulteración bíblica y la metamorfósis evangélica durante dos milenios
Opinando a Cappella Durante sesenta años sufrimos los españoles los crímenes de ETA y ningún gobierno optó por una invasión en el País Vasco
El mundo al trasluz Un planeta donde la competitividad se ha convertido en la meta de la convivencia diaria para desgracia de los menos favorecidos
La medicina para el desaliento Tras dos recodos y vuelta y media por el laberinto de los vinilos memoriales, me vinieron al oído los sones azucarados de 'Los Indios Tabajaras'